Thursday, March 27, 2008

What's in a name

Me estoy dando cuenta (así, gerundio, porque es un ongoing process) que nunca voy a trascender. No porque no creo que pueda lograr algo de mérito o porque mi destino sea morir mañana, sino porque mi apellido no logrará traspasar la barrera del tiempo. Y a qué viene esta extraña noción? Resulta que una y otra vez se me presenta la siguiente situación. Alguien menciona algo de ecología (en el sentido estricto que los biólogos entendemos por ecología, ie, no salvar a las ballenas o delfines) la primera idea, el primer flash de inspiración, el primer nombre que me viene a la cabeza es el de Lotka-Volterra.

Esa dupla de señores, uno yanqui y el otro italiano, han logrado lo que muchos quisieran. Sus nombres se mantienen asociados a todo un campo del conocimiento biológico. Qué fue lo que hicieron? Se jugaron y pensaron un rato y se inventaron una ecuación que lograba explicar un proceso bastante intuitivo de interacción entre un predador y su presa. Pensemos. Si hay mucha presa entonces esto permite que haya más predadores que se puedan alimentar de ella. Esto a su vez hace que tanto predador se coma ahora a mucha presa y entonces la población de esta última baje, seguida obviamente por una baja en la densidad de predadores. Esta baja en la densidad de predadores hace una vez más que la densidad de presa pueda volver a aumentar y así sucesivamente (dadas ciertas simplificaciones que siempre son necesarias en la biología). Las densidades poblacionales de tanto presa como predador son entonces ciclos que van a estar defasados mínimamente uno de otro. Y esto que les describo en palabras Lotka y Volterra lo plasmaron independientemente en los años veinte en una ecuación que no me acuerdo, y que es lo de menos, o lo de más, dado que mi punto es que me acuerdo perfectamente del nombre de ellos y no de su ecuación.

Pero lo más sorprendente es que no soy la única persona a la que le tiran la palabra ecología y sale con Lotka-Volterra. A mi jefe, tiempo atrás cuando rindió sus exámenes del doctorado, le pidieron en el examen que nombrara a tres ecólogos. Mi jefe que sabe tanto de ecología como yo, o sea, poco, batió Lotka y Volterra. Rápidamente le dijeron que contaba como uno, que pensara en dos más. Nada. De nada. Lo único que recordaba era el modelo de predador presa. Y conozco aún más gente, que no voy a delatar, que está en la misma. Y no es que el modelo haya sido especialmente groundbreaking o que a uno no le mencionen más nombres. Es simplemente que decir Lotka-Volterra es catchy. Gracioso. Divertido. Un juego. Sólo por eso nos acordamos, creanme. Así que estoy pensando en ponerme un nombre artístico de acá en más (rían, pero sé de una importante científica que adoptó un nombre cualquiera que es mucho más fashion que el que sus padres le habían dado. Y trabajaba en UCSD pero le ofrecieron tanta, tanta plata de Harvard que se mudó... te digo, catchy names...)

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Wednesday, March 19, 2008

tales from the john

Este es probablemente el post más estúpido escrito, pero tenía que dejar asentado este fenómeno que me acosa. Debe ser porque mis días son muy rutinarios y siempre como más o menos a la misma hora, y tomo más o menso la misma cantidad de líquido, y mi organismo procesa a la misma tasa cada día, pero me parece que siempre voy al baño más o menos a las mismas horas. Y esto hace que me encuentre a la misma gente una y otra vez. Gente que ninca veo en otro lado salvo en el baño. Y como que me miran con cara de que me querrían saludar, un guiño de ojo, una sonrisa pálida de reconocimiento. De que ella también piensa lo mismo, qué casualidad, siempre nos vemos. Hay una chica que siempre sale del booth cuando yo estoy por entrar a otro y pega un salto de susto, como si no esperara que alguien más pudiera estar en el baño. Y eso que debería saber que siempre le pasa eso conmigo, me debería presentir al menos. También está la muchacha que los limpia, que siempre me la encuentro, al menos una vez por día maquillándose y peinándose, una diosa ella, siempre de punta en blanco. La profe para la cual fui ayudante, que cada tanto trae a su plantita para regarla. Qué necesidad de hacerlo en el baño, nunca lo voy a entender. Pero deja la bacha sucia con tierrita y me da tantas ganas de decirle a la espléndida muchacha que limpia que yo sé quién es la que ensucia la bacha con tierrita. Y le diría que no se preocupe, que también se que la planta y la dueña se jubilan a mitad de año.

Friday, March 14, 2008

Irony

It's not Spring, and I'm not on a break.

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Thursday, March 06, 2008

scent of a book

Desde chica que me encanta oler los libros. Nuevos, viejos, de librerías limpias y sucias, propios y ajenos. Mi papá siempre patrocinó mi hábito comprándome infinitos libros, pero siempre recordándome la anécdota de que un colega hacía lo mismo en tribunales y paró abruptamente una vez que abrió un libro y ahí estaba, inmensa ella, la cucaracha. Sin dejarme amedrentar por la historia continuo haciéndolo más que nunca. Y ahora acabo de empezar un libro que estamos leyendo en un reading group acá en la facu, y al abrirlo me envuelve un olor familiar, nostálgico.

El libro huele a costa atlántica. Ni más ni menos. Huele a playa, a mar bien salado, a verano, a olas, a arena, a artrópodos marinos, a moluscos. ¿Cómo puede ser? No tengo explicaciones científicas aún. Pero cada vez que lo abro se me vienen imágenes de la infancia en mar del plata, y la arena en las ojotas, y en la ropa, y las duchas mugrosas de los balnearios, y los souvenirs esos que cambian de calor dependiendo si va a llover o no. Admito que no soy fanática de la playa, pero todo eso está asociado a vacaciones y si soy fanática de las vacaciones. Demás está decir que no puedo concentarme mucho en el libro. Una pena, porque parece bueno.

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