Friday, February 05, 2010

Onda me tragó la tierra! Uno no se da cuenta y un par de meses pasan como si nada. Antes era noviembre, y la expectativa de las (pseudo) vacaciones anuales. Contando los días para el 15 de diciembre, fecha en la que dejé Rochester para lentamente llegar a Buenos Aires. Después vino el verano porteño con sus altos y sus bajos. La familia, no tanta pero intensa. Los amigos, no tantos pero entrañables. Mucha comida, mucha, mucha. Mis piernas hinchadas como nunca me pasó. La humedad? La presión? No sabemos. Cuando volví la hinchazón desapareció tan rápido como apareció. Después la vuelta, ya con el último aliento. Llegué y operativo free Willy. O más buen, free flies. Algunas de mis moscas estaban hanging on for dear life. Sus cuidadores hicieron lo que les dije, mantenerlas vivas, pero justito. Entre medio del operativo free willy, también hubo operativo mudanza. Tres cuadras más allá, a una casa gigante que me encuentra con dos roommates, una perra, y el mejor invento de la humanidad, una manta eléctrica que la prendés antes de irte a dormir y cuando vas a la camita está calentita. Dirán, qué necesidad. Les digo, afuera hace -20 y adentro un poco más, pero está fresco porque la calefacción es cara y la casa grande y me parece no muy bien aislada. Moving sucks. FYI. En el medio cumplí años. Rodeada de cajas, com amigos que se iban, con la hija de mi amiga que cada vez que alguien me llamaba por teléfono (una característica muy argentina eso de llamar por teléfono.. los yanquis lo hacen menos) me preguntaba quién era. Me llamó una tal Mercedes y le tuve que repetir el nombre y le dije que era como el auto. Qué auto me pregunta, le digo, el auto que nunca voy a tener. Ohh. Tuve tortita y velitas, tuve muchos regalos buenísimos. Ya pondré alguna foto acá de mi bounty. Hubo regalos que me hacen más linda, regalos que me obligan a cocinar mejor, regalos que me ayudan con la organización, regalos que generaron la envidia de mis compañeros de trabajo, regalos que me van a dar horas de entretenimiento y otros horas de sueño en lugares incómodos. Los 31 me encontaron lidiando con la internet en el nuevo hogar, con un proveedor que no elegí, con un customer service malísimo, con un motherfucker condescending douchebag a quien le corté, con el contrato de un nuevo proveedor, la compra de un nuevo router, mucha malasangre, lágrimas, y finalmente, n días después, la vuelta de la conexión etérea.

Y eso más o menos. Otras cosas que pasaron, algunas muy relevantes, otras no tanto, que por razones diversas no serán escritas.

PS, como hoy era una tarde muy lenta además de escribir esto, abrí una cuenta de twitter. Creo que me pueden encontrar @outragedvick . Todavía no lo manejo 100%, pero ya habrá oportunidad. Por ahí logro estar más fluida ahí con menos palabras. Stay tuned.

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