all by ourselves

Mi jefe se fue. Ojo, no para siempre. Se toma un año sabático para escribir, hacer cosas informáticas, y para qué negarlo, estar en la misma ciudad que la novia. Así que hemos quedado boss-less, y también tech-less porque la técnica se tomó el olivo en este momento tan timely. Si bien todos pensamos en la eventual joda loca, en la fiesta constante, en el abandono cuasi total de nuestras tareas, la verdad es que todo sigue igual después de una semana de libertad. Y es más, ver a mi jefe empacar sus cosas y mover cajas y delegar moscas, oh, tristeza.

Igual medio que tanta tristeza va decayendo a medida que recibo mails de él casi diarios con todo tipo de preguntas y updates y pedidos. Porque es la ley de la naturaleza, si quedan tres hombres y una mujer, es obvio que la mujer es la más eficiente y organizada y la que maneja el avispero.