Thursday, September 14, 2006

The secret life of bees

Mi casa es un panal. Y no es una metáfora para decir que tengo kilos y kilos de miel, o para explicar que mis ventanas son todas hexagonales.

Literalmente, está llena de abejas. Por alguna razón biológica que desconozco, septiembre es el mes en el cual miilones de abejas se juntan en Rochester para quién sabe qué. ¡Si las flores ya no están! La cosa es que las ciudad es un zumbido constante de chaquetas amarillas. Tantas habrá y tan característico es, que la mascota oficial de la universidad son los "yellowjackets".


La pregunta, sin embargo, es por qué estoy encontrando decenas de abejas muertas en mi casa cuando llego a la noche. Obviamente están entrando por los resquicios que comunican este habitáculo con el exterior. La ventilación que va al sótano, el recién estrenado aire acondicionado, agujeros que tienen las ventanas... Pero hete aquí mi inquietud ¿por qué las encuentro muertas? ¿Qué hacen en mi casa durante el día que las mata?


Hoy a la mañana comprobé que al entrar lo hacen todavía con vida. Maté a tres bastardas que no sé por dónde entraron. Les tiré raid y el líquido les moja las alas, ergo las entorpece, y ahí les doy el zapatazo. Hace un rato maté a otra que caminaba muy oronda en mi mouse!


Esta batalla la gano. Yo entiendo que hace días que llueve y que mi casa es mucho mas acogedora que el mundo exterior, pero hay un límite.


El límite es mi paciencia claro.

2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Curioso lo de las abejitas, ahora, al principio uno cree que estas deslumbrada por la naturaleza y tus nuevas amigas.
Pero, a partir del cuarto párrafo se desata el odio intestino...

4:02 PM  
Blogger v./ said...

sn,

no tengo problemas con los bichos en su estado natural. Abeja, en el bosque. Ratones, en otras casas. Me vuelve irracionalmente loca cuando intentan invadir mi espacio. Hay que aniquilarlos.

9:03 PM  

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