private parts

Hace poco me di la vacuna contra la gripe. Me arrepentí, después, pero esa es otra historia. Resulta que haciendo la cola para el pinchazo, se me acerca una señora de entrada edad y me pregunta si quiero participar en un estudio. Intrigada, la escucho. Un grupo en el centro médico de esta facultad quiere ver la efectividad de la susodicha vacuna, así que busca voluntarios para ser evaluados dos veces por año durante tres años posteriores a la vacunación. Mmm, bueno, pensé, puede ser divertido. Ser un dato más en la muestra.

Estaba a punto de empezar a llenar el formulario cuando la señora me aclara que las dos visitas anuales incluyen una sacada de sangre.

Good Lord.

¿Tas mal? Le devolví el formulario rápidamente- Creo que no es tanto que he desarrollado un temor por las agujas (ausente en mi infancia), sino más bien el darme cuenta que si tienen mi sangre, tienen toda mi información. Será paranoia de la era genómica, será que soy plenamente conciente de toda la información que contiene mi DNA, o no sé qué, pero de repente tuve esa imagen futurista de gattaca, o de esos cuentos oscuros de Dick, donde soy un outcast de la sociedad porque soy sensible a desarrollar, no sé, herpes!

Así que no gracias, soy docoranda acá y nunca se sabe cuánto más voy a estar, no creo, mejor no.