Saturday, August 18, 2007

time after time

Hoy se cumplen exactamente dos años desde el arribo a este lugar. Dos años exactos hace que nos bajábamos del avión con cinco valijas tamaño carpa y una dirección en donde me encontraría mi departamento, alquilado por internet, sin haber visto ni una foto. Recuerdo esos primeros días y me vienen a la mente estos detalles. La valija-carpa que sirvió de mesa provisoria, la compra de un detergente que me duró casi un año (era concentrado, no es que no lave). La compra de un pote de sal que todavía tengo (no sal no uso mucho). El día siguiente que tenía que venir a la facu, y como no estaba segura de dónde paraba el bondi me fui caminando a la "terminal", donde tampoco quedaba claro, pero una señora estimó que debía ser por ahí. Luego aprendí a interpretar los folletos, a entender que por más que no decía la parada iba a parar donde hubiera cartelito, entendí los desvíos según el horario y todo ese conocimiento que me vino tan bien en el año y medio que estuve sin auto.

Recuerdo ese día siguiente, en una sesión de orientación, donde me hablaban de impuestos y formularios y cómo sacar el registro y yo pensaba y por qué no me explican a dónde llamar si me pisa un auto, o dónde está el supermercado, o me dan un tour de la facu pues el mapa que tenía era como para dummies. Recuerdo un examen de inglés oral donde la entrevistadora me pedía perdón cada cinco minutos, porque ya se había dado cuenta que mi inglés estaba bien, pero ella tenía que seguir con la formalidad y me preguntaba de mi infancia, de mi casa, del futuro, todo para que use todos los tiempos verbales. Más aún recuerdo la ansiedad por conseguir la computadora y el teléfono celular, elementos que me permitirían la conexión con el mundo y con NY, y la tranquilidad cuando los tuve, antes inclusive que la cama o las bibliotecas o tantas cosas.

El verano terminaba y el comienzo del trabajo, un jefe horrendo, estresante, y sobre todo, la cuenta regresiva al fin de semana que no venía nunca, y que se pasaba tan rápido, robándome los únicos momentos de felicidad.

Dos años después, un auto que me lleva al supermercado, un teléfono mejor, la misma computadora, otro jefe, un trabajo increíble, dos bibliotecas rebosantes, la misma cuenta regresiva, los mismos fines de semana pero más felices, porque ahora la semana se pasa más rápido y entonces sé que cuando no me quiera dar cuenta ya es viernes otra vez.

Labels:

2 Comments:

Blogger mer said...

Me siento TAN identificada. ¡Las sesiones de orientación, qué horror! La ansiedad por conseguir celular!!! (y la furia cuando Verizon me dijo "since you don't have any credit history, you will have to make a security deposit of US$400. Of course, we will pay it back in TWO YEARS after your contract is due" aaaaghs).
Y a mí también me duró un año el detergente!

Qué bueno eso de que el fin de semana llegue más rápido :)
Saludos.

8:47 AM  
Blogger v./ said...

Nosotros tambien tuvimos que desembolsar esos $400.. o sea $800 entre los dos, cash, en un booth de porqueria en un mall deprimente al que llegamos luego de una hora en bondi! Pero por lo menos salimos con los telefonos!

11:32 AM  

Post a Comment

<< Home