My Life as a Bingo

(Cortesía de PhD Comics)

Creo que las viví casi todas.

La del medio, una fija. Quedarse sin tiempo en una charla es frecuente, para desgracia de todos los presentes. Te juro que en cualquier charla, mala o buena, de mi tema o del de al lado, después de 45 minutos (alrededor de 25 transparencias) yo ya no puedo prestar atención.

Gente que se duerme hay siempre. Hay un profesor en particular, que desde que adoptó a un pequeño, viene a las charlas a dormir lo que no puede a la noche. Lo malo es que no puede dormir disimulado, así que es obvio que todos se dan cuenta. Es el mismo que almuerza todos los días un sánguche de manteca de maní y mermelada y una lata de coca.

Y hay otro que hace 10 años que también come lo mismo para el almuerzo: alrededor de las dos de la tarde se hace un sánguche de pavo en pan lactal. Siempre (lo he visto más de una vez). Hace 10 años. Y antes parece que eran los peanut butter and jelly también. Este siempre diet coke.

Me desvié con el tema gastronómico. Pero es tan divertido ver lo que come la gente acá. El doctorando vegan del labo de al lado sólo come barras de cereal. Su jefa se sabe casi de memoria el menú de un restaurant thai: te dice que el 43 está buenísimo, pero ella se ha hecho adicta al 14 sin pepino. Y así.

Mi jefe come sus carnes de mentira. Come tofurkey, que es pavo de mentira. Come pseudo-hamburguesas de pollo hechas con un hongo. Y mucho poroto y burritos. Y atún. Y lo mejor, y con esto cerramos, se pone guantes para maniobrar el atún así no le queda olor. Un máster.